El Mont Blanc representa para muchos una montaña idílica, una colosal obra de la naturaleza que simboliza el nacimiento del alpinismo más clásico y auténtico. Y no es para menos, pues con sus 4.810 m de altura es el punto más elevado del continente, el techo de Europa occidental. Objeto de profundo deseo de cualquier amante de la montaña que busque superarse a sí mismo y coronarse en el macizo más espectacular y mítico de los Alpes
Pero no todo es de color de rosa. En los últimos años el Mont Blanc ha pasado de ser una montaña que imponía un gran respeto para cualquier aspirante a su cumbre a todo lo contrario. Grandes masificaciones de gente en verano, deterioro del lugar debido a la basura depositada, excentricidades que rozan el absurdo…
Necesidad de regular el acceso al Mont Blanc
Lejos del romanticismo de aquella primera ascensión épica perpetrada por Jacques Balmat y Michel-Gabriel Paccard aquel 8 de agosto de 1786, hoy en día muchos solo persiguen llegar a su cumbre sea como sea con tal de sacarse un selfie, aunque su experiencia en montaña diste mucho del mínimo que se requiere para acometer una empresa como esta. Otros van más allá y buscan excentricidades más rocambolescas, como aterrizar con una avioneta sobre el hielo cerca de la cumbre o la instalación de un jacuzzi para conseguir el récord de burbujeo acuático a mayor altitud.
Todo ello ha generado una auténtica pérdida de respeto hacia esta mítica montaña, convirtiéndola en una verdadera atracción turística. En palabras del propio alcalde de Saint Gervais, Jean-Marc Peillex: «Se trata de respetar un sitio natural, una montaña mítica. Hemos pasado de una generación de montañeros que escalaban por amor a la montaña, con respeto, por superarse a si mismos, a una generación de turistas, gente urbana que quiere hacer hazañas: un día el Mont Blanc, al siguiente el maratón de Nueva York, luego al Kilimanjaro, y todo ello para hacerse un selfie. El Mont Blanc no merece esto, y ellos no merecen el Mont Blanc«.
Con el objetivo de reducir estos comportamientos hacia el Mont Blanc, poco a poco se ha ido creando y aprobando restricciones de acceso a esta montaña, con el fin de proteger de la mejor manera posible este lugar emblemático e histórico. En 2018 la alcaldía de Saint Gervais ya instauró un estricto paquete de medidas que prohibía el acceso a la vía normal de Goûter si no se disponía de reserva confirmada en alguno de los refugios que se encuentran en la ruta. Esto reducía drásticamente a 264 el número de personas que podían encontrarse a diario en la montaña, incluyendo los propios guías de alta montaña.
Restricciones en el Mont Blanc en 2020
A pesar de haber reducido significativamente las masificaciones de personas a diario en el Mont Blanc, el alcalde de Saint Gervais, Jean-Marc Peillex, no ha desistido de seguir luchando en la protección de este espacio natural. Hace tan solo unos días se anunciaban algunos detalles de un nuevo decreto (Arrêtes préfectoraux de protection des Habitats Naturels – APPHN) que se firmará en el verano de 2020 y que regulará todavía más las actividades permitidas en el macizo. Si las medidas adoptadas en 2018 buscaban reducir la «cantidad» de personas a diario en la montaña, este nuevo decreto se centra en mejorar la «calidad» de las actividades que se realicen.
¿Qué permite este nuevo decreto de protección del Mont Blanc?
En primer lugar, este decreto no va a enumerar una serie de prohibiciones que deben acatarse, sino que va a mostrar un listado de las actividades que están permitidas en el macizo. Básicamente, se permitirá la realización de 3 tipos de actividad:
- Alpinismo en cordadas de 3 personas como máximo, según el actual borrador del reglamento.
- Esquí de travesía.
- Parapente, siempre que se portee todo el material necesario a la espalda y se realice el aterrizaje en el valle.
Cualquier otra actividad que se enmarque fuera de estas 3 categorías o que persiga un objetivo diferente quedará fuera de la legalidad y podrá, por tanto, ser sancionable.
Fuera de la zona principal del macizo se seguirá permitiendo, como hasta ahora, la realización de actividades de senderismo y, en las zonas algo más bajas, actividades deportivas de mountain bike.
Asimismo, se exigirá el acatamiento a rajatabla de todas las prohibiciones previas cuyo cumplimiento se ha relajado en los últimos tiempos, como la acampada en los alrededores de Goûter.
Otro tema candente y que sigue abierto ahora mismo es la regulación de una edad mínima para poder intentar el ascenso al Mont Blanc. Con ello se busca evitar casos como el de una persona de nacionalidad rusa que pretendía escalar el Mont Blanc con su hijo de 7 años.
¿Cuándo entrará en vigor?
El borrador del APPHN (Decreto de Protección del Macizo del Mont Blanc) se encuentra ahora mismo en la fase final de redacción y se espera que sea firmado en agosto e implementado definitivamente para el otoño.
El pelotón de gendarmería de alta montaña (PGHM) de Chamonix va a llevar a cabo una campaña de concienciación este mismo verano para comenzar a informar a los visitantes de estas nuevas restricciones en el Mont Blanc.
Se busca mejorar la experiencia de los montañeros
En definitiva, con la implementación de este nuevo decreto de protección natural se persigue mejorar notablemente la conservación de un lugar emblemático, respetando una montaña mítica y creando un espacio de disfrute para los montañeros que persiguen los retos más auténticos en el Mont Blanc, alejando las excentricidades, los excesos y la degradación del espacio natural.
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